Primero que todo, agradezco a mi profesora Patricia por regalarme este libro. Quiero salvar que no me esperaba mucho de esta novela juvenil (así como me comentó ella después de leer la sinopsis), pero desde luego es mejor no esperar nada de un libro a tenerlo hypeado. Y sin dudas me sorprendió. Al parecer, no apareció (o yo no la vislumbré) a la duda que se pone al final de la sinopsis, que interesantemente tornaba la cuestión de la trama: ¿Acaso el tiempo es una mentira a la que el hombre se aferra para poner un poco de orden al desorden de un mundo caótico?
Bueno, quizás sea dedicado para un público adolescente; pero no dudo siquiera de que a cualquier adulto al que le interese la historia, aprender de hechos pasados peculiarmente desconocidos, ya que es raramente visto en los colegios, cuya ensseñanza de tales épocas es más general. Pablo es el protagonista de este libro, pero junto al quinceañero muchacho caminarán, navegarán, correrán y aventurarán muchos personajes interesante que nos dejó el pasado y que en este libro están dispuestos para emocionarnos, deprimirnos, alegrarnos y sorprendernos.
Desde la muerte y crucificción de Jesús, a la gran Europa, travesías problemáticas y amorosas en el Nuevo Mundo, aventuras peligrosas cerca de los Andes, en el Virreynato del Río de La Plata, esperanzas y atrevimientos de hombres como "El Rey de la Patagonia y Araucanía" y su sueño por un
Estado independiente conformado por las tribus patagónicas, tristes historias de inmigrantes en Argentina, movimientos conmovedores por un solo hombre, hasta un nuevo reencuentro...
Es difícil, en cada despertar de Pablo, no conectarte con ningún personaje; hay demasiados y cada uno con una personalidad y punto de vista totalmente diferentes. Singulares y estrambóticos como lo era la Monja Alférez, peculiares y desdichados como el anteriormente mencionado El Rey de la Patagonia y Araucanía, condenados como la familia inmigrantes pobres en Buenos Aire; como recalqué son personajes muy interesantes, que confluyen en el mismo universo pero en diferentes etapas de la historia, en diferentes tiempos.
La novela me dejó un gusto agridulce, me hizo sentir interesado por aprender más sobre la historia humana y me dió esperanzas, pero también aparece varias veces la cuestión amorosa, que le carcome al cerebro a todo ser humano, y te demuestra que el amor puede ser engañoso y hasta peligroso. Aunque la verdad siento que me satisfació.
Le doy gracias a Mabel Pagano por escribir y a mi sensata y atenta profe Pato por regalarme "El Pasajero del Tiempo" y por incentivar la lectura.
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