¿Qué es el amor? Sinceramente no podría urdir una respuesta aproximada que pueda describir este concepto abstracto ni tampoco logro comprenderlo del todo. Sí podría decir que el amor es un punto fuerte en la voluntad del ser humano que a veces nos encuentra tonteando con la soledad y nos vuelve unos vehementes e ilusos a fuerza de golpes, nos hace protagonistas de acciones cuestionables para el sentido común pero no para el sentido y deseo propio.
El sentido común no es menos que el chásis del vehículo que representa el motivo del ser, y el sentimiento es el volante que sirve para el direccionamiento. Y alguien que vaya a entrometerse en la decisión de una víctima de este ente omnipresente que es el amor no puede cuestionar. Uno diría que tendría que saber las razones de sus acciones, pero lo que de verdad mueve es el sentimiento, y eso no se puede explicar ni endosar a manera de ejemplo.
Aquella simple base del funcionamiento de este nosequé que nos mueve y nos ilusiona, nos vuelve locos y felices es también un arma de doble filo. Nos convierte a la fuerza y nos forja la personalidad, pero también puede despedazarla y transformarnos en seres de odio, de muerte, y eso es otro sentimiento que mueve tanto como el amor.
La diferencia entre el odio y el amor es abismal, pero su relación es entrecha y la frontera entre ambas es tan ínfima que se puede pasar del uno al otro sin uno darse cuenta, y nos puede mostrar muchas cosas de nosotros mismos que ni en lo más remoto de nuestros pensamientos miraríamos de soslayo. Y el odio, así como el amor, no sólo es hacia otro. Puede estar dirigido hacia un objeto, un recuerdo o incluso hacia uno mismo.
Así, esto forma parte del individuo como algo inherente. No se puede evitar el amor y el odio, pero sí es posible rendirse ante uno de estos y darle las riendas de nuestro ser.
Bien. ¿A qué viene todo este divague?...
Escribí esto pensando en el libro La Sombra del Viento, del señor Carlos Ruiz Zafón. Y su historia no trata esto directamente, sino que lo aplica en la evolución de los personajes que lo protagonizan.
Una historia de amor, de odio, de venganza, de amistad y de admiración es lo que encierra la novela del español, quien nuevamente hace gala de su talento único para que uno no quiera abandonar sus páginas. La gran Barcelona, como siempre en esta tetralogía del Cementerio de los Libros Olvidados, es el gótico escenario de esta historia monumental. Y Zafón no le quita importancia al escenario, porque siempre describe con sumo detalle cada lugar y calle, nos pone en antecedentes de cada lugar que visitan los personajes y, algo que debo destacar es la ambientación en pleno Franquismo.
Segundo: La trama. El señor Zafón no es alguien que se conforme con una trama atrapante, porque lo que hizo con esta novela es más que una simple trama que da pie a una incógnita o misterio y que termina derrochando capítulos con más Cliffhangers que una serie de Netflix. No. El autor realiza una trama en forma de tela de araña, una en la que hay que sumergirse más y más profundo para conseguir comprender los hechos y los personajes.
La cosa es seria con la trama, porque como todo libro o serie hace uso del recurso del Cliffhanger, pero no abusa de este ni lo explota para que leamos más y más capítulos en una misma noche. Sí juega con nuestro interés por los personajes, un punto importantísimo que siempre está presente en Zafón y en este libro pone en tela de juicio cuál de los dos es más importante para cautivar al lector: ¿Trama o personajes?
La ventaja de leer a este señor es que tiene un vocabulario exquisito y variado en cada diálogo y estos son ingeniosos, por lo tanto no se nos hace frustrante leerlos, porque el contexto en que pone cada frase y palabra dejan satisfecho y una buena enseñanza. Y además el libro se hace muy llevadero para cualquiera. Se pasa como el agua.
Los personajes tiene una personalidad y filosofía bien definida. Razón por la que me encantó mucho este libro fueron todos y cada uno de sus personajes, los cuales el escritor se molesto en crearlos de manera tal que hubiera una segura empatía por cada uno. Hasta con el antagonista, el odiable Fumero.
Bueno. Antes de lanzarme a destripar más los detalles de la novela voy a comenzar con la sinopsis:
Nuestro protagonista es Daniel Sempere, hijo del Sempere de El juego del Ángel (no el tierno señor que le regalaba libros a David Martin, sino su tímido hijo). Da apertura al libro con Sempere padre e hijo entrando al Cementerio de los Libros Olvidados, siendo la primera vez para el niño. Como su padre le cuenta que cada persona que entra a aquel valioso lugar elige un libro (o el libro elige a la persona) y esta tendrá la obligación de proteger y cuidar el libro con su vida. Daniel, sorprendido por todo el mundo de estanterías, hace viajar a sus ojos por un infinito camino de lomos hasta encontrar un libro que le da el título a esta novela: La sombra del viento. Daniel lo lee en una noche y queda, como diría un español (me encanta esta palabra), flipando. Carax fue el autor de su nuevo favorito libro, y la meta del niño es leer más de este. Pero se encuentra que ese libro es uno de los pocos que ronda del autor.
El problema serio cae cuando un tal Laín Coubert quiere comprárselo para quemarlo. Y la cosa se pone más complicada para nuestro prota cuando en medio de sus salidas de detective aparece en escena el antagonista principal, un tal Francisco Fumero, hombre de sangre fría, descarado, cruel y déspota, que se cruzan por casualidad pero se verá con el paso de las páginas que el objetivo de ambos no es tan diferente, porque el escritor entrelaza las historias de varios personajes con una picardía formidable.
El ritmo a veces es frenético, otras veces lento (pero nunca aburrido). Ni bien se resuelven incógnitas aparecen otras que nos hacen más ruido. Y ni bien pensamos que no podría pasar nada más Zafón nos agarra y nos sorprende a cachetazos con las sorpresas y revelaciones.
La historia no es sólo de Daniel, porque se relata otra historia paralela y similar a la del joven. Y de alguna manera el autor ha querido relacionar esto y finalizarlo juntando a ambas y dar un desenlace épico que deja a uno comiéndose las uñas y reflexionando de las enseñanzas que nos dejan los personajes.
Y bueno, dando por finalizada la reseña, digo que es un libro que marca más por los personajes que por la trama, a pesar de lo bien organizada y tratada que esté. Debo decir Carlos Zafón lo hizo nuevamente, rompió con mis expectativas y escaló más escalones arriba de los escritores que más me gustan. Pretendo algún día terminar la tetralogía del Cementerio de los Libros Olvidados y seguir a este señor que tanto me cautiva. Gracias por leer.
Bien. ¿A qué viene todo este divague?...
Escribí esto pensando en el libro La Sombra del Viento, del señor Carlos Ruiz Zafón. Y su historia no trata esto directamente, sino que lo aplica en la evolución de los personajes que lo protagonizan.
Una historia de amor, de odio, de venganza, de amistad y de admiración es lo que encierra la novela del español, quien nuevamente hace gala de su talento único para que uno no quiera abandonar sus páginas. La gran Barcelona, como siempre en esta tetralogía del Cementerio de los Libros Olvidados, es el gótico escenario de esta historia monumental. Y Zafón no le quita importancia al escenario, porque siempre describe con sumo detalle cada lugar y calle, nos pone en antecedentes de cada lugar que visitan los personajes y, algo que debo destacar es la ambientación en pleno Franquismo.
Segundo: La trama. El señor Zafón no es alguien que se conforme con una trama atrapante, porque lo que hizo con esta novela es más que una simple trama que da pie a una incógnita o misterio y que termina derrochando capítulos con más Cliffhangers que una serie de Netflix. No. El autor realiza una trama en forma de tela de araña, una en la que hay que sumergirse más y más profundo para conseguir comprender los hechos y los personajes.
La cosa es seria con la trama, porque como todo libro o serie hace uso del recurso del Cliffhanger, pero no abusa de este ni lo explota para que leamos más y más capítulos en una misma noche. Sí juega con nuestro interés por los personajes, un punto importantísimo que siempre está presente en Zafón y en este libro pone en tela de juicio cuál de los dos es más importante para cautivar al lector: ¿Trama o personajes?
La ventaja de leer a este señor es que tiene un vocabulario exquisito y variado en cada diálogo y estos son ingeniosos, por lo tanto no se nos hace frustrante leerlos, porque el contexto en que pone cada frase y palabra dejan satisfecho y una buena enseñanza. Y además el libro se hace muy llevadero para cualquiera. Se pasa como el agua.
Los personajes tiene una personalidad y filosofía bien definida. Razón por la que me encantó mucho este libro fueron todos y cada uno de sus personajes, los cuales el escritor se molesto en crearlos de manera tal que hubiera una segura empatía por cada uno. Hasta con el antagonista, el odiable Fumero.
Bueno. Antes de lanzarme a destripar más los detalles de la novela voy a comenzar con la sinopsis:
Nuestro protagonista es Daniel Sempere, hijo del Sempere de El juego del Ángel (no el tierno señor que le regalaba libros a David Martin, sino su tímido hijo). Da apertura al libro con Sempere padre e hijo entrando al Cementerio de los Libros Olvidados, siendo la primera vez para el niño. Como su padre le cuenta que cada persona que entra a aquel valioso lugar elige un libro (o el libro elige a la persona) y esta tendrá la obligación de proteger y cuidar el libro con su vida. Daniel, sorprendido por todo el mundo de estanterías, hace viajar a sus ojos por un infinito camino de lomos hasta encontrar un libro que le da el título a esta novela: La sombra del viento. Daniel lo lee en una noche y queda, como diría un español (me encanta esta palabra), flipando. Carax fue el autor de su nuevo favorito libro, y la meta del niño es leer más de este. Pero se encuentra que ese libro es uno de los pocos que ronda del autor.
El problema serio cae cuando un tal Laín Coubert quiere comprárselo para quemarlo. Y la cosa se pone más complicada para nuestro prota cuando en medio de sus salidas de detective aparece en escena el antagonista principal, un tal Francisco Fumero, hombre de sangre fría, descarado, cruel y déspota, que se cruzan por casualidad pero se verá con el paso de las páginas que el objetivo de ambos no es tan diferente, porque el escritor entrelaza las historias de varios personajes con una picardía formidable.
El ritmo a veces es frenético, otras veces lento (pero nunca aburrido). Ni bien se resuelven incógnitas aparecen otras que nos hacen más ruido. Y ni bien pensamos que no podría pasar nada más Zafón nos agarra y nos sorprende a cachetazos con las sorpresas y revelaciones.
La historia no es sólo de Daniel, porque se relata otra historia paralela y similar a la del joven. Y de alguna manera el autor ha querido relacionar esto y finalizarlo juntando a ambas y dar un desenlace épico que deja a uno comiéndose las uñas y reflexionando de las enseñanzas que nos dejan los personajes.
Y bueno, dando por finalizada la reseña, digo que es un libro que marca más por los personajes que por la trama, a pesar de lo bien organizada y tratada que esté. Debo decir Carlos Zafón lo hizo nuevamente, rompió con mis expectativas y escaló más escalones arriba de los escritores que más me gustan. Pretendo algún día terminar la tetralogía del Cementerio de los Libros Olvidados y seguir a este señor que tanto me cautiva. Gracias por leer.
Guauuuuu, sos un maestro Nacho! Gracias!!!
ResponderEliminarNacho...que increíble!! Que hermoso... tener el don de poner palabras a las cosas, los sentimientos, los hechos....me gustó profundamente. GRACIAS
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