7/9/18

Catarsis

 Hay días en que me despierto y lo único que espero del día es que no sea tan largo para volver a mi cama y ponerme mis auriculares. Me ha costado bajarme de mi burbuja y darme cuenta de que últimamente estoy inestable emocionalmente.
 Cuando vuelvo a casa busco rutas alternativas al azar, como si quisiera ir a algún lugar o escapar. Pero tengo la sensación infundada de que nunca voy a ser capaz de llegar a ningún lado y que no avanzo nunca. No tengo esperanzas en mis relaciones sociales y el encierro me parece cada vez una mejor opción. No me siento conforme con mis amistades a veces, y cada vez que conozco a alguien nuevo siempre se termina hartando de mí cuando terminan de conocerme.
 Tengo el mismo miedo que la mayoría de terminar mueriendo solo, sentimiento que apaciguo un poco y acompaño con obras literarias o gráficas (uno de los que más recuerdo es Reiraku de Inio Asano).
 La verdad, también he perdido el apetito últimamente, y a veces tengo ganas de vomitar. Casi que no leo libros ya, y estoy perdiendo el interés en la lectura tanto de libros como de mangas. Me despreocupo de mis obligaciones estudiantiles y de mis notas. Siento que soy una carga para todas las personas que conozco, un peso muerto para los grupos de trabajo y para mi familia.
 Y no es todo, pero a pesar de que esta tristeza pegajosa y surrealista pueda ser la consecuencia de una acumulación de problemas, creo que nada he hecho para mejorar y por eso, esa metástasis que logró este sentimiento dentro de mí me está ganando, y todo eso es mérito mío.
 Este posteo es para desahogarme un poco. Quisiera poder decir más, pero no soy capaz de volcar lo que siento completamente en esto. Y quisiera pensar que esta situación en la que estoy hundido solo es una digresión depresiva y melancólica típica de la adolescencia, cuando uno ya está terminando el secundario y le perturba el futuro.
 Y tengo miedo. Tengo miedo de quedarme estancado. Tengo un miedo irracional que me despierta en las mañanas y me embriaga de pereza, de desesperanza. Y lo peor es que no sé el origen de esto. Es una molestia, un dolor invisible. Y no lo puedo curar, porque no lo puedo ver.
 Quizá parezcan cursiladas que se podrían leer en la caja de comentarios de una canción triste de YouTube, pero ahora los entiendo. Cuando uno se encuentra algo inerte, le es imposible ser coherente y transcribir sentimientos a palabras.
 Quisiera pensar que solo es una digresión pasajera en mi vida y poder volver a la normalidad.


16/8/18

Mi experiencia lesbiana con la soledad

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 No sé si serán los tiempos que corren, el frío o ambas, pero es que aquella melancolía que permanece latente y parece ser rasgo cada vez más general en la personalidad de la mayoría de los adolescentes sale a respirar un poco más a menudo al exterior. Y sin haberlo planeado, me encontré leyendo un yuri, también. Un yuri es un género de mangas y animes sobre las relaciones de dos personas del género femenino. Sin embargo, no hay que subestimar. Este manga se encuentra a la altura de las grandes obras.
 Yo soy un fanático de las obras del tipo emocional, de esas que te permiten sintonizar cuando estás empalagado de soledad y te encontrás melancólico, (y acompañado por buena música). Y, generalmente, al finalizar cada capítulo de un manga siempre bajo a los comentarios para ver la opinión de las personas o bien para ver los memes (y robarlos). Pues resulta que me topé con los mismos comentarios de siempre que aparecen en obras de índole dramática: "q sad me voy  a suicidar"; "pásame la botella de clorox"; etc.
 Luego pienso que es verdad, que estas obras despiertan aquella melancolía en nosotros y nos pone en modo reflexivo al terminarlas, lo que nos lleva un poco a deprimirnos o a entristecernos. Sin embargo, no hay nada mejor cuando estás con el ánimo por el piso y te encontrás con algo que te hace sentir identificado, y de alguna manera, no te hace sentir solo. Pues es el caso de la mayoría de personas que leen esta obra quienes aportan comentarios valiosos para entender y comprender las diferencias abismales de que el estado anímico y mental de uno es muy importante, y que obras como estas funcionan como botes salvavidas cuando uno se está hundiendo.
 My lesbian experience with loneliness es propiamente un manga autobiográfico de la autora, Kabi Nagata, respuesta obvia al porqué todas las situaciones que retrata la autora en el manga son tan realistas y que, a pesar de todas esas situaciones estar ficcionadas, se puede meter fácilmente en la piel del personaje.
 Con una virtud formidable, da importancia a los lugares para los pensamientos reflexivos del personaje, la cual comienza relatando su encuentro con una prostituta y retrotrae la trama hasta sus días en que termina el bachillerato, se convierte en una desertora universitaria y comienza a buscar trabajo. En mi opinión, el yuri es inexistente. Más que nada se relata la decadencia de una joven con un problema de autoestima muy importante. Sin embargo, el yuri sirve como mera forma de acercamiento de la protagonista con respecto al contacto físico, lo cual la hace sentir incómoda.
 En este manga se trata la situación de una chica que lidia con su problema de autoestima, con trastornos como la tricotilomanía, trastornos alimenticios, autoflagelación, entre otras, mientras trata de ser un miembro funcional de la sociedad y sentir ese sentimiento de pertenencia hacia algún lugar. Pero desdichadamente no le va bien en las entrevistas de trabajo, y decide dedicarse a la pasión de crear mangas. Sumándose a todo eso, Nagata, como dije, le cuesta el contacto físico, excepto con el de su madre, y nunca tuvo sexo ni ha besado a nadie. Ella menciona que quisiera abrazar a una chica joven de esa manera y poder sentirse cómoda. Quizás es también un síntoma de todo el tiempo que pasó sola y no haber recibido el cariño de alguien. Pero la idea de que le atraigan las mujeres es difícil para ella sabiendo el país en donde vive y la repulsión inconsciente que tienen todavía allí sobre eso permanece.
 Este manga me gustó mucho, más por ser muy realista y por su dibujo. Se puede estar seguro que con algún momento por los que ha pasado la autora o algún pensamiento que ha tenido también lo hemos pasado o se nos ha cruzado por nuestra cabeza algo así. Poder ver cómo pudo luchar contra la soledad y la depresión que le comía los talones es hermoso y triste; poder ver como habla del dolor visible e invisible y de cual se sufre más.

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 Esta obra no te deja ningún mensaje moral. No te deja ninguna enseñanza que te pueda servir para poder superar tus problemas, pero te incita a internalizar tus problemas y te invita a pasar en compañía aquella soledad que nos deja un miedo latente a estar solos. Para la persona que no tiene a nadie para volcar sus sentimientos, hacer catarsis y purgar ese dolor que se encuentra en el pecho y al cual no le podemos encontrar la causa fácilmente, esta obra es esencial.
 Otro de los puntos que quiero recalcar de esta obra es la manera en que se retratan los lazos familiares y hasta qué punto afectan en la vida y las decisiones de sus miembros. La muchacha, antes de dedicarse al manga, hacía todo por satisfacer a sus padres. Y en el manga le dedica varias páginas a su guerra interior por hacer las cosas que la hicieran feliz a ella y no a sus padres, por quienes hacía todo para complacerlos.
 También salvo un poco el retrato que se le hace al mundo de la prostitución en Japón. Las prostitutas allí se llaman escorts y, a diferencia del occidente, allí trabajan en mejores condiciones. El sistema allí es totalmente diferente: se va a un lugar en donde te muestran el perfil de las acompañantes y te dan la elección de elegirla así como elegir el punto de encuentro.
 Tengo que destacar el dibujo, cuyo trazo es particular y se encuentra en blanco, negro y rosa. El diseño de los personajes es peculiar, no tan caricaturesco. Pero pienso que sin todos esos elementos ayudan a darle ese toque especial al manga, y creo que no tendría el mismo efecto de tener otro dibujo.
Resultado de imagen para my lesbian experience with loneliness Bueno, esta reseña no fue tan extensa e intensa como querría hacerla, pero es que es una obra difícil de reseñar. Es compleja y simple a la vez, y te imbuye muchos sentimientos que sosiegan el uso de la razón. Obviamente me quedé muy corto, pero a pesar de eso, quiero que este manga sea apreciado como se lo merece y que sea la inspiración de muchos/as más mangakas para que se animen a renovar estos géneros con obras de esta talla.
 Gracias por leer.

5/7/18

Tanabata: La festividad de las estrellas


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 Bueno. Primero que nada, he dejado abandonado esto por un par de semanas. Y me gustaría tener una buena excusa para justificar tal arritmia bloguera, sin embargo solo puedo decir que a veces me quedo sin ideas, sin inspiración o simplemente le pierdo el gustito a la escritura a fuerza de tanto empeño por querer lograr rebuscados posteos que, si bien no son de lo peor, no me convencen por el hecho de que escribir sin ganas es desalentador. Y me da culpa por crear un contenido que no lo consideraría forzado sino que carente de ese toque personal que me gusta agregarle a las cosas.
 Pero no importa, porque hay que cumplir el deber y vengo a escribir sobre una festividad japonesa: Tanabata o 七夕.
 Se me ocurrió cuando estaba disfrutando de unos MMV (Manga Music Video) de Oyasumi Punpun, recordando nostálgicamente todos esos momentos negros que hay en el manga y que te imbuyen mucha tristeza. Y recordé, entonces, de dónde residía la premisa de la historia contada por Asano Inio: nada más que la mismísima leyenda del Tanabata. La única diferencia recaía en una innovación por parte del mangaka en la creación de un tercer personaje en esta historia de amor, un triángulo amoroso. Pero antes que desligarme de las ganas que tengo enquistadas de recomendar Goodnight Punpun y lanzar spoilers inconscientemente, mejor voy al grano.
Imagen relacionada La leyenda trata de una historia de amor protagonizada por una bella tejedora llamada Orihime, la cual representa a la estrella Vega (a 25,3 años luz de la Tierra) de la constelación de Lira, y un boyero, llamado Hikoboshi, quien representa a la estrella Altair (a 16,8 años luz de la Tierra), de la constelación de Águila. Se decía que ambos estaban separados por un gran río de estrellas, el cual no sería más que la Vía Láctea. Ambos se enamoraron perdidamente y el Rey Celestial Kengyuu, padre de Orihime, decidió unirles en matrimonio. Pues, sabemos que el amor es complicado y era de esperar que esto no acabara bien. Tanto Orihime como Hikoboshi descuidaron sus labores, por lo tanto el rey decidió hacer gala de su presunto pragmatismo, aportando a la trama de tal historia de romance el punto de inflexión que vuelve especial esta leyenda. Él decide castigarles, convirtiéndoles en estrellas, y separándolos para siempre por el Río Amanogawa (Vía Láctea), dejando a cada uno en una orilla.
 Y según varias versiones, solo varía de personajes secundarios, pero no de hechos. Pero luego de este hecho, se dice que a los dos desdichados enamorados se les concedió una noche de reencuentro cada un año, en el séptimo día del séptimo mes del calendario lunisolar.
 Se cuenta que en la noche, las urracas (o también hadas) forman un puente sobre el Río Amanogawa, para que ambos se reunan. Felices por haberse visto y tristes por volver a separarse, esperan con ansias el nuevo encuentro cada año, esperando que no llueva, ya que si en la noche de esta festividad ocurre dicho fenómeno, tendrían que esperar otro año, porque la lluvia aumentaría el caudal del río e impediría su encuentro. Esta lluvia pasa a llamarse "lluvia de lágrimas".
 Y bien... la festividad en realidad es un fusión de la cultura china y la japonesa, procedente más concretamente de la primera y importada a la segunda entre los años 710 y 794, correspondiente al periodo Nara de la historia japonesa. Este empezó a celebrarse en el palacio imperial de Kioto, para luego popularizarse en la era Edo de Japón.
 Este festival no siempre fue igual en la historia. Desde China, se llamaba Qi xi, y era nombrado como el "Festival de la súplica de habilidades", en el cual las chicas pedían tener mejores habilidades en la costura y la artesanía, y los chicos pedían tener mejor caligrafía para escribir deseos en hojas de papel. En esta misma época la costumbre era usar el rocío tomado de las  hojas de taro para crear la tinta usada para escribir dichos deseos.
 En la era Edo, este festival se celebraba en conjunto con el Bon Odori, un festival de danza tradicional. Posteriormente las celebraciones se separaron y fue el Tanabata el cual se siguió realizando el séptimo día del séptimo mes, mientras que el Bon Odori se lleva a cabo en agosto, un poco más alejado del Tanabata.
 Ahora bien, ¿Qué se hace en el Tanabata...? Bueno. Primero y principal, una de las cosas que caracterizan a este evento es absolutamente el papel. Y hay una connotación simbólica detrás de cada decoración que están elaboradas con origami y con materiales ligeros y coloridos, que alegran los comercios y calles. Está la costumbre de escribir deseos en las tiras tanzaku y colgarlas en las ramas de bambú, la cual es la más popular y más fácil. Así como el papel es importante, el bambú tiene su crédito, ya que se dice que al crecer estos tan alto, el susurro de sus ramas permiten que los deseos expresados lleguen al cielo a través del viento. Luego de la celebración, las ramas de bambú con los tanzaku son quemadas o tiradas al río, para así asegurar que los deseos sean concedidos. Pero hoy en día la conciencia medioambiental de Japón ha hecho que esta tradición desaparezca.
  Aunque la expresión de las esperanzas y los sueños no se limitan solo a las tiras tanzaku. Entre otras decoraciones tradicionales se incluyen cintas de colores llamadas fukinagashi, que representan hilos para aquellas personas que desean aprender a tejer mejor, y tejidos amikazari que simbolizan los deseos de los pescadores de llenar sus redes. Hay asimismo bolsas kinchaku colgantes para la prosperidad y orizuru (grullas de papel) que simbolizan la longevidad.
 Se lo suele considerar el "Festival de las estrellas", aunque también sería el mes de los enamorados. Es el 7 de julio que se celebra en el 2018, pero también varía, ya que no siempre coincide con el calendario gregoriano. Uno de los lugares en donde más se recomienda pasar el caluroso festival es en Sendai, la capital de la prefectura de Miyagi.
 ¿Porqué quise hablar de este festival? Porque la cultura japonesa me interesa demasiado y no son pocas mis ganas de poder en algún momento de mi vida asistir a tal evento, vivirlo y disfrutarlo. Quizá desde ahora hable cada vez más en mis posteos sobre la cultura de Japón, sus costumbres, tradiciones y cosas que me parecen interesantes.
 Sin más, adjunto algunas imágenes de dicho festival.

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7/6/18

Mas divagues

 Hace rato estaba con las manos calentitas, abrigadas y resguardadas del frío por aquellas extensiones cavernosas de tela de los pantalones denominadas bolsillos. Y casi al llegar a mi casa, con mi parsimonioso paso a través del pavimento abriéndome camino a través de la espesura del aire y sus bajas temperaturas, me dio gracia la connotación que puede guardar tal acción, la de guardar las manos en los bolsillos. Y antes de decirles qué pensé, les digo qué me pregunté: ¿Cuál sería nuestro impacto al momento de darnos cuenta de que perdimos nuestras manos? Y bien, acá llega el momento en el que actúa la ley del "uno no se da cuenta de lo que tiene hasta que lo pierde", y ahí nos percatamos de la importancia de nuestras manos, y la impotencia aborda en nosotros. Pero esa impotencia multicausal nos dice que: sí, obviamente nos vamos a sentir frustrados por el hecho de no llevar a cabo actividades cotidianas. Imagínense: no poder comer, no poder tocar instrumentos, no poder manejar el control, no poder regular el agua caliente y fría con las manijas de la ducha, y un sinfín de esto. Pero más que cualquiera, nos va a doler mucho más la pérdida de estas partes del cuerpo por el solo hecho de no poder tipear o manejar nuestro hermoso teléfono celular. Porque, ¿no forma parte de nuestra identidad ya? ¿no dejaríamos de existir si no publicamos algo en nuestras redes sociales? ¿qué es peor que no poder contestar los mensajes de las otras personas, de no poder publicar una foto de lo que se está comiendo, lo que se está tomando, de lo que se está haciendo?
 El celular se volverá, como dice mi profesora de Filosofía, una mera extensión más de nuestra mano. Porque hay que aceptar que se ha vuelto inherentemente parte de nuestra identidad e imagen. Pero no es a esto a lo que quería llegar y veo que casi me voy por las ramas por este interesante tema. La cosa va de que pensé: ¿Qué hacemos cuando no celulareamos? ¿Qué hacemos cuando lo dejamos apagado y nos guardamos nuestras valiosas manos en nuestros bolsillos, y caminamos? ¿Qué podría ser tan importante como para dejar de revisar nuestras redes sociales? Ahí entra una cuestión que puede derivar en diferentes razones... Podríamos estar charlando con una persona, teniendo una conversación intensa; también podríamos estar divagando o luchando con problemáticas filosóficas y sentimentales por estar pasando en una situación compleja; entre otras cosas que demanden ser uno mismo y el uso del pensar.
 ¡Wow! ¡Menudo descubrimiento! Un millenial se ha dado cuenta de que se puede hacer otras cosas más gratificantes que usar el celular en el camino. Y sí. Pero luego de toda esta ironía, me gusta aceptar el hecho de que soy estúpido en muchas cosas y que soy lento para entender. La causa de este mejunje de conclusiones es que en mi vuelta a casa estaba acompañado por un amigo. Y bien, pasó que charla va, charla viene, y el tema de nuestra conversación nocturna por las oscuras veredas del barrio se tornó más, como dirían muchos, profunda o intensa. Y, valga la salvedad, abundan este tipo de conversaciones cuando uno se encuentra en el umbral de la vida secundaria y universitaria, ya que es el momento de las inquietudes e inseguridades, es el momento cénit de la duda sobre qué hacer de nuestro futuro. Y si alguien reprimiera estas cosas, si se las guardara, su salud mental desembocaría en estados o situaciones deprimentes. Es por eso que hay que tener a alguien con quien hablar. Y digo hablar porque muchos dicen que uno se quita el peso de las preocupaciones cuando las dice y alguien las escucha; pero creo que, para proscribir totalmente el peso de estas preocupaciones, también es necesario escuchar una realidad diferente y poder compararse y pensar que uno no está tan desencaminado como piensa.
 Es entonces cuando me doy cuenta nuevamente de una necesidad: el tener a alguien con quien intercambiar pensamientos y situaciones. Es menester una mirada distinta de las cosas para bajarnos al suelo un rato, para sentir que no estamos tan solos como pensamos a pesar de estar rodeados de amigos.
 Podría decir que fue una charla corta e interesante, de esas que hacen el camino más corto y que te dejan con ganas de seguir, pero luego te das cuenta que no va a tener la misma esencia que la que tenía en ese momento.
 Y agradezco a este amigo, quien aprecio mucho y varias veces me siento identificado con él, por estos momentos en que uno se abre. Lo aprecio porque las personas adoptan un mutismo muy estricto con otros de sus pensamientos, problemas y sentimientos, y ser esa persona que pueda escuchar e intercambiar sinceramente algo de importancia para esta es grato.
 Creo que la soledad se vuelve insana hasta el nivel en que uno no se permite abrirse, y si uno lo piensa, se puede volver una tumba cerrada, que no se abre ante nadie, que guarda muchas cosas. Y que solo se abre para darle paso a la muerte, se cierra por siempre cuando el cadáver llega, y se entierra, y luego es olvidada por todos. Entonces, no hay pasado para nosotros, ni presente, ni tampoco futuro. Terminamos siendo un saco de huesos en un cajón, desprovisto de alma porque no tenemos, y proscrito eterna y finalmente de los problemas y preocupaciones.
 Al parecer, luego de pensar la muerte, no resuena tan cursi la trillada expresión "carpe diem". Expresión y significado que, a pesar de que está desmesurado, no está tan fallado.
 Lo único que tenemos es el ahora, que es tan ambiguo como el futuro. Y no quiero decir que sigamos nuestros sueños, porque estos muchas veces suelen ser engañosos y suelen distorsionar la vida. Perseguir nuestros sueños no lo es todo. Y a veces es lo que nos frustra más al no poder alcanzarlos, de pensar que son imposibles. A veces nos frustramos y decepcionamos cuando nos vemos parados en el lugar que soñamos y decimos ¿Es esto lo que toda la vida busqué? ¿De verdad lo vale?
 Opino que somos más felices cuando obedecemos muchas veces a aquellos impulsos espontáneos que aparecen de la nada y que nos persuaden de la rutina.
 También creo que la vida no tiene propósito. No tengo preocupación de buscar un sentido existencial a mi vida, porque me veo como una especie de vida que es inteligente por sobre las especies animales, que intenta dar con explicaciones exactas a su existencia, pero que al fin y al cabo termina como todo animal: muerto. Y dejamos de existir en el momento en que dejamos de pensar, en el que nuestro cerebro deja de funcionar y nos transformamos en un fétido cuerpo que con el tiempo pasa a ser una masa de putrefacción frustrada al ver que no había sentido para la vida.

 Solo somos eso: un saco de huesos que existe porque piensa.

30/5/18

Hotarubi no mori e y divagues

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 A pesar de que parezca o quiera parecer alguien que ve obras tales como terror, suspense y thrillers soy alguien que está abierto a probar muchos géneros más. Pero hay una etiqueta que mancha esta actividad tan gratificante que es el leer: la especificidad de gustos de cada uno. Luego de que uno lee muchas obras de ciencia ficción uno se vuelve un soñador fantasioso, si uno lee novelas de terror es a veces un "loco masoquista", o si lees novelas románticas sos un iluso. Y así como te marcan por leer más novelas de un género, te marcan por leer las que no están en el margen del mismo género que ellos pensaban que vos estabas acostumbrado a leer pero que realmente esas personas te impusieron, castigándote. Por ejemplo, si leo novelas de terror tengo estrictamente prohibido leer romance. Literal, no podés ni de soslayo leer la sinopsis de una obra de romance que ya te tienen señalado con el dedo. Y a esto quiero llegar. El romance y el terror son opuestos. Aunque es así eso no quiere decir que si lees uno tenés que aborrecer al otro. Más si son hombre.
Que no te gusten y que sea más devoto al terror, al parecer, da una connotación prejuiciosa. Bueno, eso se espera de alguien que es un Lector Constante del señor King, un discípulo de Cthulhu, un amante de los cuervos y gatos negros y un demente cuyo estómago se banca el gore de Berserk y las obras de Ito.  Pero llega un momento en que te cansás de eso, y uno corre el peligro de empalagarse y aburrirse de la lectura de novelas gráficas y libros, cosa que no quiero que ocurra. Nadie lo quiere.
 ¿Y a qué viene eso? Bien. Es para sosegar un poco mi pudor y poder justificar esto: me gusta el romance. Sí, me gusta leer obras así. Y que yo no lea tan seguido a este es porque este tipo de cosas me ponen melancólicamente tonto, me imbuyen sentimientos tristes, ya que al encontrarme solo y haber sido y seguir siendo un fracaso en las relaciones amorosas contribuye a alimentar mi soledad y proscribir mis esperanzas de tener alguna conexión especial como las de estas obras, o por lo menos de tener éxito en encontrar a alguien que no se vaya al conocerme, con la que pueda compartir cosas. Por ende, luego de consumir estas, como dicen muchos apegándose a las etiquetas, mariconadas, me encuentro escuchando música más deprimente; acostado en mi cama imaginándome como en una película de la que yo soy el protagonista y estoy en medio de una crisis en la cual luego, a modo de deus ex machina, la "sorpresiva" aparición de una persona me salva de encerrarme en mis propios sentimientos; o filosofando. Todo esto para ponerme más triste, ya que si me voy a hundir, prefiero hundirme hasta el fondo. ¿Por puro masoquismo? No. Para poder encontrarme a mí mismo y pensar qué es lo que quiero de verdad. Uno no vislumbra de mejor manera lo que se quiere estando en crisis o tocando fondo, como quieran llamarlo.
En síntesis, me deprimo, pero la ambivalencia de estas cosas me permite contrarrestar un poco esa angustia interior que repta en mí y que evoco.
Imagen relacionada Aunque es algo que me cuesta hablar, ya que es algo más íntimo y personal y no pertenece a los habituales post de este blog, solo quería sacar a respirar un poco mi lado sensible y utilizarlo para darle pie a una pequeña reseña de Hotarubi no mori e. O "En el Bosque de las Luciérnagas".
  Hotarubi no mori e es... ¿Cómo decirlo? Una representación rebuscada y austera pero efectiva de la idea de que dos personas con una afinidad muy estrecha y especial pueden estar muy cerca pero nunca tocarse. Cursi, ¿no? Bueno, lo entiendo, es una idea que ya se ha tratado en otras historias. Muchísimas. Pero hay una diferencia que hace más ameno todo este asunto de un amor imposible: está en formato anime y también manga. Y, ¿qué mejor que una historia contada a través de un buen dibujo y sin tantas subtramas superfluas características de una telenovela turca de esas que trasmiten actualmente y están de moda? (Perdón, pero las aborrezco con todo ser).
 Lo que quiero decir es que no es tan larga como para aburrir ni tan corta como para no cumplir con su objetivo, que es relatarnos los encuentros de cada verano entre Hotaru y Gin. Hotaru, una niña que visita a su abuelo cada verano se pierde en el bosque. Pero sorpresivamente se encuentra con un chico con una máscara blanca de zorro. Esta, aliviada por haber sido encontrada, busca abrazar para agradecer al extraño, pero este la esquiva innumerables veces, dándonos un cómico momento. Y luego viene el porqué el chico alto no se dejaba tocar: es un yokai.
 Un yokai es un espíritu del folclore japonés que habita en el bosque junto a otros. Si este es tocado por un humano dejará de existir. Así, con esta condición en la relación de ambos, podremos apreciar una tierna y cómica historia de amor entre estos dos. Pero... ¿No hay mucha diferencia entre sus edades? No se preocupen que pedofilia no hay en este anime/manga. El relato nos muestra a la niña y su vida de forma diacrónica, es decir su evolución a través de todos los veranos que iba de su abuelo. Y a pesar del paso de los años, al parecer Gin seguía con el mismo aspecto, indiferente físicamente al transcurso del tiempo, esperando con una paciencia inmortal y ansiosa la llegada del verano y con esta, el arribo de la visita de su amiga Hotaru.
Imagen relacionada Y lo bueno es que no se entretiene en subtramas que le quitan importancia a lo central, que es ver como el afecto entre ambos va cambiando y se van haciendo mucho más cercanos. Pero así, sabiendo que nunca se podrán tocar, nos dan la esperanza de que se puede ser feliz con la persona que queremos a nuestro lado.
 Otra de las mejores cosas que tiene es que nos muestra una parte de lo que sería el folclore, la tradición y las creencias que pueden predominar en ciertas regiones de Japón, mostrándonos un festival de espíritus en el que también participan los humanos, los paisajes naturales predominantes tan hermosos que esperan por ser visitados, entre otras cosas.
 Si bien tiene buen ritmo y es ameno, es tan corto que deja algunas cosas inconclusas o no desarrolladas, como por ejemplo, la vida urbana de la niña fuera de los acontecimientos veraniegos con Gin. Ella se sentirá ansiosa y deprimida todos los años por la llegada del verano.
 ¿Cómo terminará esto? A verlo. Solo diré que es triste y que dura CUARENTA MINUTOS. Y son menos si se lee el manga, el cual tiene el mismo impacto emocional que el anime y fue creado por Yuki Midorikawa. Además, se destaca perfectamente el entorno natural de ambos, manga y anime (más anime), el cual la autora tuvo que inspirarse en lugares reales de Japón.
 ¿Qué más decir sobre esto? Nada, es un anime supercorto y me quedo sin ideas para convencerlos para verlo.
 Gracias por leer.

21/5/18

Filosofía en la actualidad

Comparto un texto que teníamos pendiente de realizar para el exámen de filosofía, en el cual se debían incluir varios conceptos aprendidos y responder algunas preguntas. Espero que guste...



Muy a pesar de los textos que he leído, admito que me encuentro un poco inerme ante este desafío que se nos ha endosado. A mi me gusta pensar y me gusta divagar, pero a pesar de eso prefiero rehuir de esto. 
 Atribuiría este hecho a que me produce apatía que los otros sepan lo que estoy pensando o sintiendo, porque a pesar de que siempre intento organizar coherentemente lo que quiero decir, fallo. Y este fracaso ante no poder expresarme correctamente, potenciado con el juicio de otros, da nacimiento a este mutismo mío. Además, no suelo conseguir inspiración, y cuando la consigo me pongo a rumiar mis ideas por un largo rato hasta tenerlas casi claras.
  Es gracias a la escritura que me puedo sentir cómodo de purificar mi mente de inquietudes e incógnitas, de sentimientos o de disparates. Y bueno, ahí viene la catarsis…

 La primera incógnita con la que voy a dar pie al texto es lo relacionado con la diferencia del saber, el pensar y el saborear. A priori, antes de proponer algo, me parece que es menester ponerme a modo de Wikipedia y definir al pensar como una reacción inherente e inteligente del ser humano que surge a partir del contacto con algo que no sabemos, y es tan importante porque gracias a que pensamos podemos concebir a la esencia a partir de la existencia. Y a primera instancia, aquello que es desconocido nos incomoda, porque todo lo que no sabemos nos molesta, ya que todo lo que es asimétricamente ajeno a nuestra propiedad nos perturba. Así, comienza un proceso de apropiación para luego convertirse en saber, en propiedad. A lo desconocido, para comenzar, le buscamos el parecido con algo familiar; y luego terminamos por revisarlo de hito en hito, in extenso. Hecho el análisis, uno lo patenta de manera única en su mente. Y esta propiedad, a la que se llama saber, se le puede ir modificando. Pero, ¿Porqué al saber lo tengo como propiedad? Porque a medida que han pasado los siglos y las décadas, se ha vuelto tendencia cosificar al saber, connotación de que cada vez menos se lo está saboreando, sino que se lo está tragando.
 Y ahora voy a introducir una analogía algo grotesca pero verosímil: El saber es comida. Y, ¿Cómo es consumida la comida en estos tiempos? Se dice que en la actualidad se ha desarrollado la costumbre de vivir rápido (¿y morir rápido?), de que estamos hundidos en nuestras responsabilidades y modas y olvidamos lo que es disfrutar del momento. Pero no voy a salir con el típico “carpe diem”. No. A lo que quiero llegar con esto es que no se disfruta de la comida cuando se almuerza o cena. Se realiza “a las apuradas”.
 Tomando en cuenta todavía la analogía del saber como comida, se pueden ver personas anoréxicas, es decir, personas que rechazan la comida (o saber) y se quedan sumidos en su flaqueza o ignorancia consciente; también pareciera que muchos nos quisiéramos ahogar en comida, como si estuviéramos angustiados por no poder meternos más y más en la boca, por no poder contener más saber, y entonces nos volvemos bulímicos, es decir, vomitamos la comida o saber para meternos nuevamente otra comida o, valga por última vez la redundancia, el saber; existen los vigoréxicos, que buscan suplementos para parecer cada vez más musculosos o intelectuales; y por último, los críticos de la comida, cuyo lugar es el que ocupan los filósofos, ya que estos se detienen a saborear el saber. Lo peor es que todos esos trastornos neuróticos nacen muchas veces por la premisa de quedar bien ante la sociedad, es decir, de quedar como alguien que sabe, y alguien que sabe, como creen todavía muchas personas, es sinónimo de ser inteligente e intelectual, lo cual otorga un nivel de respeto ante los que nos rodean. Y mucha gente los respalda a ellos, pero nunca a los críticos (filósofos), quienes buscan reivindicar la verdad y el valor del saber.

 Y ya que estamos, ¿Qué es filosofar?
 Por lo que puedo entender, es una herramienta inexorablemente infaltable en el trabajo de un filósofo, y que podría explicarla burdamente como un amalgama de incógnitas, que derivan en respuestas, hipótesis o teorías, y que desemboca en muchas más incógnitas o dudas, solo para llegar a un fin que no está. Y esto, cuanto menos, es peculiar. Mis razones para considerarlo así es porque, desde mi perspectiva, filosofar sería algo que nos ha permitido trascender de aquellas explicaciones insensatas de los fenómenos para comprenderlo todo lo mejor y más racionalmente posible. Pero creo que así como debe ser un elemento hiper útil, creo que es algo que ensucia el ánimo cada vez que se lo usa. ¿Es que uno no se aturde de tanto filosofar e internalizar? ¿No se abruma de tantas preguntas y pocas respuestas? Por eso, es difícilmente complejo el concepto de filosofar. Sí apostaría a que filosofar le da un sentido a la vida. Satisface dudas, pero nos llena de otras más. Y no. No es malo esto. Así como el motivo de ser de muchos es la religión, a aquellos que no les satisface esa verdad sobrenatural derivan buscando la verdad absoluta. No sabría decir si para satisfacer su curiosidad o para mantenerse ocupados y no pensar en qué es lo que le da sentido a la vida.

 Otra consigna es: ¿Cuándo y cómo se hace filosofía?
 La filosofía se hace naturalmente desde que tenemos la capacidad cognitiva de pensar, ya que son dos conceptos que se encuentran estrechamente ligados. Pero desde un sentido sistemático y racional, se logra luego de que se comprenden o se abarcan ciertos conceptos o saberes abstractos y se los relaciona con cosas concretas. Luego, la filosofía es cosa cotidiana (pero asímismo no es tomada con la seriedad que se merece en la actualidad). En la vida diaria ocurren varios momentos en que recibimos estímulos que nos hacen filosofar, como el asombro que nos produce algún fenómeno majestuoso y monstruoso. A mi me ocurre con los rayos que caen cerca de la ventana de mi campo en la noche. Son estruendosos, monstruosos y majestuosos. Te hacen pensar que sos muy pequeño. Otro es la duda, por ejemplo, cuando la credibilidad de algún conocimiento o creencia es puesto en tela de juicio por nosotros mismos. Y el último es la situación límite. Estas situaciones son en las que sobrecargados de pensamientos explotamos en preguntas, dudas, asombro y comenzamos a pensar en nuestra situación actual y aquella situación límite que vivimos.

 Por último, y no menos importante: ¿Porqué razones creo que está incluida la materia Filosofía en el plan de estudios de todos los últimos años del secundario?
 ¿A quién se le ocurre hacer esta pregunta? Yo. En un principio me hacía esta misma, cuestionando la utilidad de la Filosofía. Y si me hubieran pedido que dé una idea mía de para qué me podía servir, sin pelos en la lengua hubiera intentado tirarla abajo, porque así de altanero soy a veces (a veces). Pero esta materia me está ayudando a encontrarme a mí mismo, a no apegarme a los saberes ni basar mis pensamientos en los de los otros. Me ha ayudado a tener un criterio, a internalizar, y a encontrarme con cuestiones con las que tengo que arreglar unos rounds y a aprender a que si me dejan en lona puedo levantarme y seguir. Pero me enseña también a que toda pelea que se empieza con una cuestión siempre perdurará hasta mi muerte, por lo tanto tengo que aceptar. Y es ahí en donde también aprendo a concebir la realidad de distintas maneras y a luchar para comprender.

 Hasta acá llegué.

 Veni, vidi, vici.

8/5/18

La sombra del viento: Amor, odio, amistad y venganza.



¿Qué es el amor? Sinceramente no podría urdir una respuesta aproximada que pueda describir este concepto abstracto ni tampoco logro comprenderlo del todo. Sí podría decir que el amor es un punto fuerte en la voluntad del ser humano que a veces nos encuentra tonteando con la soledad y nos vuelve unos vehementes e ilusos a fuerza de golpes, nos hace protagonistas de acciones cuestionables para el sentido común pero no para el sentido y deseo propio.
 El sentido común no es menos que el chásis del vehículo que representa el motivo del ser, y el sentimiento es el volante que sirve para el direccionamiento. Y alguien que vaya a entrometerse en la decisión de una víctima de este ente omnipresente que es el amor no puede cuestionar. Uno diría que tendría que saber las razones de sus acciones, pero lo que de verdad mueve es el sentimiento, y eso no se puede explicar ni endosar a manera de ejemplo. 
 Aquella simple base del funcionamiento de este nosequé que nos mueve y nos ilusiona, nos vuelve locos y felices es también un arma de doble filo. Nos convierte a la fuerza y nos forja la personalidad, pero también puede despedazarla y transformarnos en seres de odio, de muerte, y eso es otro sentimiento que mueve tanto como el amor. 
 La diferencia entre el odio y el amor es abismal, pero su relación es entrecha y la frontera entre ambas es tan ínfima que se puede pasar del uno al otro sin uno darse cuenta, y nos puede mostrar muchas cosas de nosotros mismos que ni en lo más remoto de nuestros pensamientos miraríamos de soslayo. Y el odio, así como el amor, no sólo es hacia otro. Puede estar dirigido hacia un objeto, un recuerdo o incluso hacia uno mismo
 Así, esto forma parte del individuo como algo inherente. No se puede evitar el amor y el odio, pero sí es posible rendirse ante uno de estos y darle las riendas de nuestro ser.
 Bien. ¿A qué viene todo este divague?...
 Escribí esto pensando en el libro La Sombra del Viento, del señor Carlos Ruiz Zafón. Y su historia no trata esto directamente, sino que lo aplica en la evolución de los personajes que lo protagonizan.
 Una historia de amor, de odio, de venganza, de amistad y de admiración es lo que encierra la novela del español, quien nuevamente hace gala de su talento único para que uno no quiera abandonar sus páginas. La gran Barcelona, como siempre en esta tetralogía del Cementerio de los Libros Olvidados, es el gótico escenario de esta historia monumental. Y Zafón no le quita importancia al escenario, porque siempre describe con sumo detalle cada lugar y calle, nos pone en antecedentes de cada lugar que visitan los personajes y, algo que debo destacar es la ambientación en pleno Franquismo.
 Segundo: La trama. El señor Zafón no es alguien que se conforme con una trama atrapante, porque lo que hizo con esta novela es más que una simple trama que da pie a una incógnita o misterio y que termina derrochando capítulos con más Cliffhangers que una serie de Netflix. No. El autor realiza una trama en forma de tela de araña, una en la que hay que sumergirse más y más profundo para conseguir comprender los hechos y los personajes.
 La cosa es seria con la trama, porque como todo libro o serie hace uso del recurso del Cliffhanger, pero no abusa de este ni lo explota para que leamos más y más capítulos en una misma noche. Sí juega con nuestro interés por los personajes, un punto importantísimo que siempre está presente en Zafón y en este libro pone en tela de juicio cuál de los dos es más importante para cautivar al lector: ¿Trama o personajes?
 La ventaja de leer a este señor es que tiene un vocabulario exquisito y variado en cada diálogo y estos son ingeniosos, por lo tanto no se nos hace frustrante leerlos, porque el contexto en que pone cada frase y palabra dejan satisfecho y una buena enseñanza. Y además el libro se hace muy llevadero para cualquiera. Se pasa como el agua.
 Los personajes tiene una personalidad y filosofía bien definida. Razón por la que me encantó mucho este libro fueron todos y cada uno de sus personajes, los cuales el escritor se molesto en crearlos de manera tal que hubiera una segura empatía por cada uno. Hasta con el antagonista, el odiable Fumero.
 Bueno. Antes de lanzarme a destripar más los detalles de la novela voy a comenzar con la sinopsis:
 Nuestro protagonista es Daniel Sempere, hijo del Sempere de El juego del Ángel (no el tierno señor que le regalaba libros a David Martin, sino su tímido hijo). Da apertura al libro con Sempere padre e hijo entrando al Cementerio de los Libros Olvidados, siendo la primera vez para el niño. Como su padre le cuenta que cada persona que entra a aquel valioso lugar elige un libro (o el libro elige a la persona) y esta tendrá la obligación de proteger y cuidar el libro con su vida. Daniel, sorprendido por todo el mundo de estanterías, hace viajar a sus ojos por un infinito camino de lomos hasta encontrar un libro que le da el título a esta novela: La sombra del viento. Daniel lo lee en una noche y queda, como diría un español (me encanta esta palabra), flipando. Carax fue el autor de su nuevo favorito libro, y la meta del niño es leer más de este. Pero se encuentra que ese libro es uno de los pocos que ronda del autor.
 El problema serio cae cuando un tal Laín Coubert quiere comprárselo para quemarlo. Y la cosa se pone más complicada para nuestro prota cuando en medio de sus salidas de detective aparece en escena el antagonista principal, un tal Francisco Fumero, hombre de sangre fría, descarado, cruel y déspota, que se cruzan por casualidad pero se verá con el paso de las páginas que el objetivo de ambos no es tan diferente, porque el escritor entrelaza las historias de varios personajes con una picardía formidable.
 El ritmo a veces es frenético, otras veces lento (pero nunca aburrido). Ni bien se resuelven incógnitas aparecen otras que nos hacen más ruido. Y ni bien pensamos que no podría pasar nada más Zafón nos agarra y nos sorprende a cachetazos con las sorpresas y revelaciones.
 La historia no es sólo de Daniel, porque se relata otra historia paralela y similar a la del joven. Y de alguna manera el autor ha querido relacionar esto y finalizarlo juntando a ambas y dar un desenlace épico que deja a uno comiéndose las uñas y reflexionando de las enseñanzas que nos dejan los personajes.
 Y bueno, dando por finalizada la reseña, digo que es un libro que marca más por los personajes que por la trama, a pesar de lo bien organizada y tratada que esté. Debo decir Carlos Zafón lo hizo nuevamente, rompió con mis expectativas y escaló más escalones arriba de los escritores que más me gustan. Pretendo algún día terminar la tetralogía del Cementerio de los Libros Olvidados y seguir a este señor que tanto me cautiva. Gracias por leer. 

2/5/18

El Señor de las Moscas: Una alegoría de la naturaleza humana y la sociedad.

Resultado de imagen para el señor de las moscas  El Señor de las Moscas puede interpretarse como una alegoría de la sociedad, de la naturaleza humana, protagonizada por una treintena de niños. Pero ojo, este libro no es un libro infantil. Contiene tantos simbolismos como sangre.
 Este libro es un clásico de la literatura, dejando al autor con el Premio Nobel de la Literatura, a pesar de que en la fecha de su publicación no se vendieron muchos ejemplares.
 El nombre del libro se puede interpretar de dos maneras: una es que el título alude a la maldad humana, representada por Belcebú. El nombre de esta deidad deriva de Ba'al Zvuv, que significa El Señor de las Moscas. La otra interpretación sería de una cabeza de jabalí, como se ve en la portada, clavada en una lanza en la tierra. Este atrae a las moscas, por lo tanto, de ahí viene su nombre.
 Bueno, hecha esta salvedad, prosigo con la trama. La novela empieza con la llegada a la isla de los niños, y veremos a un par de protagonistas: Ralph y Piggy. Estos niños naufragaron luego de un accidente en su avión. Suponiendo que habían llegado más niños y que podrían reunirse, utilizaron un elemento que encontraron en la isla: la caracola. Ralph hace el llamado y logra hacer la reunión. Es aquí en donde vienen los demás protagonistas y personajes (Jack, Simón, los demás cazadores, los gemelos, Sam y Eric, y los peques). La caracola va a ser uno de los primeros elementos simbólicos y de supervivencia que tendrán los niños. Significará orden y asamblea. Esta, además de ser utilizada para llamados, también sirve como el permiso para hablar para el que la posee, siendo de gran importancia para lograr el diálogo y la sintonía en una comunidad de niños perdidos que bien podrían desesperarse y estallar en llantos por la difícil situación, pero que deciden resolverlo de la manera más correcta, mostrando el lado más sensato y diplomático por naturaleza. Obviamente que en la trama aparecerá el otro lado de la moneda, es decir, la contraparte del lado sensato del humano y será este el elemento del punto de inflexión de la trama de esta historia.
 Bien, ahí es solo en las primeras páginas. Lo interesante es analizar y reflexionar sobre las personalidades de cada personaje. Ralph y Piggy (no se sabe el nombre, le dicen así por su aspecto) son los primeros a los que avistamos y quienes tienen la idea de llamar a los otros con la caracola.  Ralph se presenta ante la tribu de jóvenes con un aparente temple y madurez que le ayuda a ganarse el respeto de los demás y la posición de líder, simbolizando esa confianza y actitud que necesitaba la pequeña comunidad. Este propone normas basadas en las costumbres civilizadas, de orden y responsabilidad. Insiste en mantener el fuego encendido en la esperanza de ser rescatado y se identifica con su padre, de quien tiene su imagen constante y la esperanza de que vaya rescatarlo.
 Piggy, por su parte, representa la inteligencia y el pensamiento lógico. Aunque Piggy no pueda ayudar directamente al grupo por ser rechazado por su físico y su condición, este lo hace indirectamente sugieriendo su opinión a Ralph.
 Simón es un niño sensato que se encuentra distante de ambos lados de la comunidad. No se muestra a favor de Jack ni de Ralph, pero sí simpatiza más con el segundo. A partir de su punto de vista es que tenemos una macrovisualización de la situación de todos y de la angustia y preocupaciones, logrando predecir algunos hechos pero no pudiendo ayudar mucho, ya que él podría considerarse como un observador no participante (aparte de eso, fue mi personaje favorito).
 Jack será la competencia para Ralph en el liderazgo, ya que los argumentos de este se verán cuestionados por no tener buen resultado y Jack lo aprovecha, movido por su envidia, para separar el grupo y unir a la mayoría en sus filas. Los protagonistas tendrán que convivir con la agresividad y el autoritarismo de este niño que podría ser tomado como el antagonista de la historia. Detrás de estos personajes hay más que encarnan diferentes comportamientos.
 Una salvedad importante a destacar es el simbolismo de los objetos y su importancia para la comunidad de niños. Primero tenemos la caracola, que como ya expliqué anteriormente, representa la unión y la autoridad del grupo, aunque irá perdiendo su poder poco a poco. Luego se encuentran dos elementos que parecen ser tanto constructivos como destructivos: los lentes de Piggy y el cuchillo de Jack. Uno de los más importantes es la hoguera, que representa la esperanza e ilusión del rescate, y cuyo calor evoca reminiscencias del hogar por su calidez en la noche. Como una necesidad de protección y resguardo aparece la idea de construir refugios. El mar es el obstáculo que les impide llegar a casa, simbolizando la frontera y la soledad. Y por último, y no menos importante, el elemento que le da el nombre a este libro: El Señor de las Moscas, representando el miedo y la muerte.
 Los primeros días en la isla serán evidencia del esfuerzo de los niños por mantener su actitud civilizada, pero poco a poco se irán naturalizando los hechos de estar sucios y andrajosos y utilizar como excusa el poder divertirse sin reglas en la isla para poder sublimar u ocultar la angustia que sufrían en el fondo, dejándose llevar por el ambiente salvaje que pulula en ese lugar, y dando lugar de una democracia a una anarquía. Además aparecerán miedos y preocupaciones irracionales propias de todo niño, como el miedo a "la fiera" u otros como serpientes, fantasmas, etc.
Resultado de imagen para el señor de las moscas El señor Golding, a mi parecer, quiso pactar en papel la posible respuesta de una cuestión que se ha planteado a partir de una idea: ¿Qué ocurriría si un grupo de jóvenes tienen que sobrevivir en condiciones extremas y tuvieran que convivir con personalidades que chocan con las de ellos? Pues fue ese experimento sociológico que sirvió como pie para esta novela. Y no se ha quedado ahí, porque también plantea muchas más cuestiones antropológicas.
 El Señor de las Moscas, gracias a todo esto, se ha convertido en un clásico años después de su publicación (1954), no solo atrapa por su argumento y sus alegorías, porque William G. logra adentrarte con una gran ambientación y su gran pluma hace que empatices con los personajes, que tienen diálogos simples pero pensamientos e ideas profundas; y ha servido de inspiración para novelas juveniles como Mazze Runner, Los Juegos del Hambre, entre otros que en la actualidad animan cada vez a más jóvenes a animarse a leer (también la serie Lost está inspirada en este libro). También, para los cinéfilos hay una adaptación en blanco y negro (1960) y otra más actual (1990), las cuales tengo pendientes de ver algún día.
 Bueno, eso es todo.

16/4/18

¡Uzumaki sale este Mayo en Argentina!

  Últimamente a Ivrea Argentina le ha estado yendo demasiado bien en estos últimos años con respecto a la venta de mangas, y este es un hecho que demuestra el buen manejo y elección de sus licencias y la buena calidad de todas sus ediciones. Sacando mensualmente cada tomo de las series que traen de manera puntual y responsable, se ha ganado el cariño, respeto y aprecio de los lectores del manga y cómic, y si esta editorial continúa por este sendero se le ve un futuro muy bueno abriéndose paso en el mundo del manga y, espero, en el del cómic americano.
  Ahora bien, hasta ahora había sacado ediciones de muchos shonen, seinen y josei muy leídos, pero no ha tenido mangas de gran peso en el genero seinen de terror. Pero este es el año en el que ha comprado la licencia de la gran obra cumbre del buen Junji Ito que para cualquier lector de este género no es desconocida: Uzumaki.
 Este manga, como se apreciará en la imagen, saldrá a la venta en mayo en un tomo único (me imagino lo gordo que será), con sobrecubierta, con más de 600 páginas, sobrecubierta y algunas páginas a color. Todo un lujo para aquellos que no tengan la edición de Planeta cómics (que solo se consigue en tiendas especializadas) o de la vieja edición que ya casi es inconseguible.
 Yo tengo esperanzas de que Ivrea haga lo correcto con Junji Ito y no juegue y se aproveche de sus obras de manera interesada y descarada como lo ha hecho ECC, los cuales sacan a lucir pésimas ediciones de la colección de 18 tomos recopilatorios de historias cortas del autor, que además de poner historias que no son las más buenas de él y otras que dan ganas de quemarlas, también su impresión es mala, con transparencias y detalles que arruinan a veces la lectura, y sus portadas contienen spoiler (además de ser muy oscuras).
 Volviendo otra vez a lo que nos importa, confío en que esta novedad sea un gran salto para esta gran editorial y que esta edición de esta gran obra de horror pueda cautivar y aterrar a muchos lectores.

10/4/18

Más que sexo: Umibe no Onnanoko

Resultado de imagen para umibe no onnanoko Inio Asano no es para nada un mangaka convencional que dibuja y escribe solo por placer y vocación, por dinero o fama. Lo hace para representar su propia perspectiva con una convicción corajuda al arriesgarse al fracaso por plasmar este tipo de historias realistas que, depende de cómo el mangaka la pueda materializar, podría salir exitosa o podría ser un fiasco. Pero siendo este hombre tan talentoso y realizar su trabajo con tanta vehemencia y calidad hace querer ver más autores intentarlo.
 Este hombre se ha ganado mi aprecio y se ha convertido en uno de mis autores favoritos, y aunque suelo hacer observaciones superficiales más positivas que negativas de cualquier autor que sepa construir una historia entretenida y unos personajes entrañables, yo reconozco que pocos autores logran provocar un desfile de emociones en mí e irrumpen con ímpetu mi lado menos frío y delicado.
 Alguien que sabe construir una buena trama y personajes que no sean planos está perfecto. Pero alguien que pueda crear una historia con una trama tan simple y poder desarrollarla de manera tan magistral con unos personajes tan profundos con los cuales se puede entender de verdad cada decisión -por más disparatada que sea-, se pueda convivir con la depresión y la alegría de forma coexistente y encontrarse con uno mismo. Esta obra a uno le hace divagar sobre muchas ideas filosóficas, pues ese es uno de los puntos de Asano Inio (la filosofía existencial, por ejemplo, es una de las tantas características de sus obras).
Resultado de imagen para umibe no onnanoko Podría hacer alusión a una frase que mi profesora de Filosofía citó en clase: A uno le incomoda que lo miren directo a los ojos tanto como que no lo miren y lo ignoren. Y no se si será la mejor forma de explicar a rasgos generales lo que significa este manga, pero hice alusión a esta para alegar sobre que uno puede a veces empalagarse de los sentimientos y evitarlos, pero no se puede nunca eludir sentir ni reprimir emociones dirigidas a alguien cercano. Y es que en realidad somos seres inteligentes que tienen su lado salvaje escondido, en busca del placer. Pero no somos solo eso. Somos también por naturaleza seres que buscan afecto y cercanía. Bien, esta es más o menos de lo que se trataría la trama: De personas que quieren ser animales, solo obedecer sus pulsiones y a la libido, pensando que pueden evitar la calidez afectiva pero olvidando que no se puede evitar fácilmente.
umibe02 Umibe no Onnanoko o La chica a la orilla del mar es un manga erótico cuyo contenido es muy explícito (el que ha leído algo de Asano estará más o menos acostumbrado) y revienta algunos tabúes. También es obviamente un Slice of life, porque Inio usa siempre momentos de la vida cotidiana de los personajes para realizar una obra. Cabe salvar nuevamente que puede tener escenas explícitas de sexo que a algunos lo incomodarán y a otros... bueno.
 La trama sigue a Saitou Koume y a Isobe Keisuke, dos pueblerinos que deciden tener una relación puramente carnal luego de que ambos salgan frustrados por el desamor. Así es como se enfrascan en una morbosa relación que solo se maneja con sexo y hasta hay momentos en que a uno le llega a repugnar esa frialdad que hay entre ambos. Se verán en secreto y seguiremos la vida cotidiana de cada uno. La personalidad de ambos chocan un poco y cada uno tiene su propia filosofía y su futuro casi definido.
 Como uno podría deducir, esto no va a terminar bien y se notan los efectos de tal situación, porque esta relación no solo los cambia a los dos, sino que sus pares y conocidos también se verán alcanzados por esta relación que no por mantenerse en secreto no signifique que no pueda de alguna manera afectar a otros. Además, esto obviamente tiene romance, pero, ¿En dónde carajo está el romance si la mayoría de los momentos en donde están juntos se encuentran fornicando o masturbándose? Pues entre medio de estos actos ambos sueltan algunas frases y hay diálogos que parecen ser triviales, pero a la larga serán importantes para el futuro de la relación.
 Una de las cosas interesantes es saber sobre la historia y lo cotidiano de cada personaje, más especialmente de Isobe, cuya depresión, temperamento y a veces crueldad se deben a su aislamiento y a su hostilidad por las personas por cierto hecho pasado y su situación familiar.
Resultado de imagen para umibe no onnanoko Otra cosa que me gustaría salvar es el tema de la masturbación. Aquel acto común y natural necesario en la vida cotidiana de todas las personas y las diferentes prácticas de esta (las cuales algunas llevan consigo prejuicios) son plasmadas aquí.
 Este manga significará la perdición de unos, el crecimiento y la madurez de otros y significará la tristeza, el alivio y la excitación del lector.
 Y si esto no fuera razón para animarse a leer algo tan peculiar, sobra decir que el dibujo y el trazo de Inio Asano es una de las mejores cosas con las que uno puede conseguir un orgasmo visual. Este puede imbuir una melancolía inmensa y al mismo tiempo asombrarte, pintando la historia de tal manera como si fuera la lluvia que te deprime en un día gris, sentado frente a la ventana evocando nostálgicamente recuerdos pasados. Las expresiones y gestos corporales y faciales logran con total eficiencia la comunicación de las emociones y hasta a veces pensamientos de los personajes. No hay que olvidar también los bellos paisajes que nos deja este manga.
 Léanlo, aprécienlo y disfrútenlo. No hay que tenerle miedo ya que es muy corto. Tiene 20 capítulos recopilados en dos tomos. Una historia que les va a dar justo en la realidad.

1/4/18

¿Qué significa ser Ame onna o Ame otoko?

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Hay momentos en que me pongo a husmear en una página o blog, lo cual me lleva a otra y otra y otra... y de esta manera, yéndome por las ramas cibernéticas de la internet es que encuentro cosas muy curiosas e interesantes, algunas que valen la pena compartir.  
 Estas dos expresiones japonesas, Ame Onna y Ame Otoko, significan Mujer lluvia y Hombre lluvia. Son supersticiones de Japón y China, que ha adquirido diversos orígenes en cada cultura. Se le dice así a una persona que llega a visitar a alguien en un día lluvioso o que cuando una persona llega de un viaje o un sitio lejano y empieza a llover repentinamente. También existen algunas historias alternativas sobre el origen de este mito. 
Resultado de imagen para ame onna En China, según una vieja creencia folklórica, era una deidad femenina de los granjeros que dependían de la lluvia para sus cultivos. De hecho, este espíritu femenino fue ubicado en el monte Wushan y descrita como una nube que llueve de noche.
 En la mitología japonesa, su imagen es la de una mujer que aparece en las tardes húmedas, lamiéndose las manos para invocar la lluvia. Los granjeros rezan para que ella venga y traiga lluvia a donde sea que viaje.
 Actualmente el término se utiliza para expresar "no tener suerte", es la persona a la que la lluvia parece seguirla allá a donde vaya, y por eso muchas personas supersticiosas creen que no es conveniente invitarlas a la playa, fiestas, cumpleaños o bodas.
 Este mito es usado en el anime de Mushi-shi, en el capítulo 7, cuyo título es Lluvia en pleno sol. En este episodio, Ginko viaja por las regiones calurosas y encuentra que una mujer viajera tiene un particular don para predecir la lluvia en aquellas aldeas en las que para y las encuentra víctimas de la sequía. Nuestro protagonista verá que es ella la que trae la lluvia por estar unida a un mushi. Una peculiaridad a destacar es que esta mujer no puede llorar.
 La verdad es que este concepto me atrae mucho, me suena como a algo... melancólico. Creo que alguien que lleva la lluvia consigo a todos los lugares no solo podría dar indicios de que trae mala suerte, sino que también, en mi opinión, da connotación de que esta persona lleva tristeza consigo. O eso es lo que me parece, porque la lluvia según lo que he leído tiene su tinte melancólico y lacio que le provoca a uno este sentimiento, sea por ver el color gris del que pinta el cielo o la languidez de su caída. Quizás también sea porque nos pone nostálgicos, y reaccionamos a veces con angustia ante el fenómeno.
 Es una expresión que me suena más un título de una buena novela. también usaría la expresión Ame Otoko como algún nombre de usuario como una cuenta anónima o algo así, ya que es muy llamativo y deja que pensar esta concepción de Hombre lluvia, que da connotación de un hombre que trae tristeza. Aunque a mi la lluvia me pone alegre, ya que los días grises y lluviosos son los mejores, porque le dan un tinte más nostálgico y hogareño al momento, dándome tranquilidad (pero aun así no me gustaría que siempre llueva a donde vaya).
Bueno, eso es todo. Hasta el próximo post.

20/3/18

¿Es uno viejo para ver anime?

Imagen relacionadaHay una pregunta cuyo trasfondo parece interesante debatir sobre el anime: ¿Crees que ver anime se quede contigo por un gran tiempo en tu vida o crees que mientras vayas creciendo el interés se irá perdiendo? En cierta medida es una pregunta que trae a colación un tema más grande y que genera de una manera u otra cierta incomodidad por parte de aquellos que se empiezan a considerar demasiado “grandes”/”viejos” para ver “dibujos animados”, especialmente para aquellas personas que ven “dibujitos chinos“.
 Aparte del evidente trauma que tienen varias personas que ven anime, las cuales ocultan este hobby como si se tratara de un pecado mortal que hará que la sociedad les haga un bullying despiadado que los llevará al inminente suicidio, existe también una pregunta que llega a atormentar a todos aquellos amantes de la animación que se se encuentran rozando la base dos (Mayores de 20), y que se va acrecentando conforme pasan los años: ¿Soy ya muy viejo para ver anime?
 Esta es una pregunta válida y que todo el que ha visto anime se ha hecho en algún momento de su vida. Es que la madurez y el anime son vistos como el agua y al aceite, dos elementos que no se combinan, que se repelen y que cualquier acto que los junte en una misma frase resulte contranatura, mal visto y cuestionado por la mayoría. Hablando desde occidente tenemos que ser conscientes de un lamentable hecho: La animación es inevitablemente puesta como sinónimos de “dibujos”, que a su vez es vista como sinónimo de “cosa de niños”. Si ha esto le sumamos el termino anime, o en su defecto “dibujitos chinos”, entonces tendremos la combinación perfecta para el desprecio.
 Por un lado tenemos la eterna asociación del término a un mundo infantil, series dirigidas a los más pequeños del hogar, mientras por otra parte tenemos la asociación a un grupo de personas que están estigmatizadas por un comportamiento extravagante o por una serie de estereotipos que se asocian con una cultura otaku-nerd-friki-gamer (la gente las confunde, pese a que son diferentes en si mismas) que está mal vista.
En este sentido, se entiende el trauma generalizado de varias personas de siquiera admitir que les gusta el anime. La desinformación que existe con respecto al tema, las asociaciones que se dan por diversos estereotipos creados a lo largo de los años y el sentido común en donde la animación está irremediablemente asociada a la infancia, son algunas de las variables que hacen que el término MADUREZ y ANIME no se asocien en una misma oración. A esto podemos sumarle también el gran problema de la industria y de lo mainstream para el público objetivo (13-19 años). La gran mayoría de animes, esos que gozan de grande popularidad y de ejércitos de fanboys-fangirls son, en la mayoría de casos, series que no se caracterizan por su madurez o mensaje trascendental. El problema de lo popular es que normalmente no suele ser bueno, y es de esa manera que lo que se muestra como distintivo de la industria NO llega a ser ni la mitad de bueno que varias joyas poco conocidas que logran marcar hitos, no solo en la historia de la industria de animación japonesa, sino en la historia de la creación de ficción en general.
 De esta manera, muchas de las historias en el anime no solo han inspirado historias de culto (Es bien sabido que Matrix se inspira en Ghost in the Shell, solo por poner el ejemplo más popular que existe), sino que proponen tramas con alto contenido filosófico, mensajes de vida y propuestas sociales o psicológicas que pueden revolucionar tu forma de entender el mundo, logrando algo que lamentablemente pasa muy poco en el mundo del entretenimiento, “hacerte pensar“. Son poco conocidas, y por ende, no suelen relacionarse comúnmente con una industria que tiene como máximos representantes a un grupo de chicas tetonas, a personajes shounen como Naruto o animes de los noventas, como Dragon Ball. Sin desmerecer a los dos últimos, pero admitamos que en términos de sustancia existen animes mucho mejores.
Resultado de imagen para anime  Lo triste de la historia del anime, y por lo cual el conflicto de madurez se acrecienta es que cuando hablamos de animación japonesa los referentes que saltan a la vista son Naruto, Bleach, Dragon Ball, entre otros. No son animes malos, considerando que Dragon Ball es toda una obra de culto o que pese a todo, Naruto tuvo sus momentos (aunque la misma industria echó a perder el anime haciéndolo un culebrón interminable y ya con poco sentido). Es cierto que muchos tienen mensajes muy buenos, pero dentro de toda su sobre-exposición estos se pierden en el olvido. Son, además, animes que están dirigidos para gente muy joven que todavía se encuentran en un proceso de maduración, de aprendizaje, de conformación de sus gustos y con poca experiencia de vida. De esta manera, cae el peso de la gran masa poblacional a la que suele estar dirigido el anime y que mueve a la industria (De 13 a 19 años de edad), mostrando esta las tendencias hacia una clase de animes e historias específicas (Muñequitos coloridos peleando con poderes irreales y venciendo malos, alguna que otra broma sexual-fanservice y un fandom que a veces puede dar vergüenza ajena).
 Y entonces volvemos a la cuestión y decimos que no importa la edad de uno, los prejucios de la gente que ignora las ventajas de la aficción del anime siempre van a ser más porque estamos en una cultura occidental que pone etiquetas ofensivas a personas que siguen otras culturas y costumbres.

Posteo proveniente de Entre sábanas y almohadas.